Desde los dorados años de Hollywood, donde las estrellas no solo brillaban en el firmamento sino también en la pantalla grande, Doris Day se erigió como la quintesencia de la chica americana. Con una sonrisa que podía eclipsar incluso al más radiante de los soles de California y una voz que acariciaba los oídos como una suave brisa de verano, Day se convirtió en sinónimo de talento, carisma y versatilidad.
Imagínate un mundo donde los tweets son trinos de aves y los likes se dan en aplausos al final de una escena magistral; ahí es donde Doris Day se convierte en la reina indiscutible. En este artículo, vamos a navegar por la vida de esta icónica figura, desde sus inicios en la banda de Les Brown hasta su ascenso como estrella de cine y activista por los derechos de los animales.
Prepárate para un viaje en el tiempo, con una banda sonora que incluye «Que Sera, Sera» y un vestuario que haría palidecer a cualquier influencer de moda actual. Doris Day no es solo un nombre en los créditos de clásicos del cine; es una leyenda que definió una era. Así que, sin más preámbulos, ¡dejemos que la pantalla se ilumine y que comience la función!
Doris Day, la estrella resplandeciente de la era dorada de Hollywood, comenzó a capturar corazones con su voz melódica a mediados de la década de 1940. Su gran avance llegó con melodías que se convirtieron en el soundtrack de una generación, tales como «Sentimental Journey» y «My Dreams are Getting Better All the Time». Estas canciones no solo dominaron las listas de éxitos, sino que también anunciaron la llegada de una nueva reina del entretenimiento.
Con el paso a la gran pantalla, Doris Day se elevó de sensación musical a ícono de Hollywood, protagonizando comedias románticas que definieron una era, como «Pillow Talk» (conocida en alemán como «Bettgeflüster») y «Lover Come Back» (o «Ein Pyjama für zwei»), ambas al lado del carismático Rock Hudson. Su química en pantalla era indiscutible, y juntos, se convirtieron en la pareja dorada de la comedia romántica.
Sin embargo, fue su interpretación de «Que Sera, Sera» en el thriller de Alfred Hitchcock «The Man Who Knew Too Much» (1956) lo que solidificó su estatus como una verdadera leyenda. Esta canción no solo se convirtió en un himno generacional, sino que también le valió a Day un lugar permanente en el panteón de los grandes de la música.
En la pantalla, Doris Day encarnó la mezcla perfecta de inocencia y atractivo, una mujer que podía ser a la vez la adorable rubia y la sencilla, honesta y erótica «niña mujer», reflejando el espíritu de las décadas de 1950 y 1960. Su habilidad para representar estos roles con gracia y facilidad la convirtió en la novia de América y un modelo a seguir para muchas mujeres de la época.
Más allá de su trabajo en cine, Doris Day también dejó su huella en la televisión, adaptándose con éxito a un nuevo medio y ganando nuevos admiradores con su encanto y talento. Sin embargo, a mediados de la década de 1970, eligió retirarse casi por completo del foco público, dedicando su vida a una causa que le era profundamente personal: la protección de los animales.
Su pasión por el bienestar animal fue más que una simple afición; se convirtió en su misión de vida. Por su incansable trabajo y dedicación, Doris Day fue honrada con la Medalla Presidencial de la Libertad en 2004, un reconocimiento a su compromiso con los seres más vulnerables y su impacto positivo en la sociedad.
Doris Day no solo nos dejó un legado de películas y canciones que continúan deleitando a generaciones, sino también un ejemplo de compasión y activismo que trasciende su trabajo en el entretenimiento. Su vida es un testimonio de talento, humanidad y esperanza, una melodía que sigue sonando mucho después de que la música ha parado.
Resumen de contenido
Datos de Doris Day
Nombre: Doris Day
Nacido el 03.04.1924
Signo zodiacal: Aries 21.03 – 20.04
Lugar de nacimiento: Cincinnati, Ohio (EE.UU.).
Biografía de Doris Day
Doris Day, cuyo verdadero nombre era Doris Mary Ann Kappelhoff, vio la primera luz del día el 3 de abril de 1922 en Cincinnati, Ohio, en el seno de una familia de raíces alemanas. Su transición de Kappelhoff a Day fue inspirada por el éxito «Day after Day», marcando el inicio de una nueva identidad artística que resonaría en la cultura popular por décadas.
Criada en Cincinnati, Doris asistió a Withrow High School, y su pasión por el arte la llevó a la Fanchon and Marco Dance School en Los Ángeles. Allí, no solo perfeccionó sus habilidades en el ballet clásico, sino que también dio sus primeros pasos en el mundo de la música y la danza. A finales de los años 30, su talento la llevó a ser parte de la banda de Barney Rapp, y más tarde, su voz encantó a las audiencias en las bandas de Fred Waring y Bob Crosby.
El éxito rotundo llegó en la mitad de la década de 1940 con «Sentimental Journey», seguido de «My Dreams are Getting Better All the Time», catapultándola al estrellato. En el ámbito personal, su primer matrimonio con el trombonista Al Jordan en 1941 fue breve y terminó en 1943, pero de esa unión nació su hijo Terry en 1942. Su segundo matrimonio con George Weidler también terminó rápidamente.
Entre 1943 y 1946, Doris Day fue la voz estelar de la «Les Brown Band». Su carrera en solitario despegó en 1948, y poco a poco, su enfoque se desplazó hacia la actuación. Antes de ser descubierta por los productores de cine, compartió escenario con grandes nombres como Frank Sinatra, Bob Hope y Dinah Shore. Fue el director Michael Curtiz quien le ofreció su primer papel cinematográfico, y con un contrato bajo el brazo de Warner Bros., su carrera en Hollywood tomó vuelo.
Doris Day se convirtió en una estrella mundial a través de películas como «Pillow Talk» (Bettgeflüster) y «The Glass Bottom Boat» (Spion in Spitzenhöschen). En 1951, se casó con su agente Martin Melcher, y aunque es conocida por sus papeles cómicos, también demostró su habilidad en papeles dramáticos en películas como «Storm Warning» (Gefangene des Ku-Klux-Klan), «Love Me or Leave Me» (Nachtklub-Affären) y «Julie» (Mord in den Wolken).
Su actuación en el thriller de Alfred Hitchcock «The Man Who Knew Too Much» (Der Mann, der zu viel wusste) en 1956, donde interpretó la inolvidable «Que Sera, Sera», y su nominación al Oscar por su papel en «Pillow Talk» junto a Rock Hudson, consolidaron su estatus de icono cultural. A pesar de ser encasillada en el cliché de la rubia ingenua, Doris Day desafió las percepciones, aportando profundidad y calidez a sus personajes.
En la década de 1960, apareció en 17 películas, incluyendo éxitos como «Move Over, Darling» (Eine zu viel im Bett) y «The Ballad of Josie» (Das Teufelsweib von Texas). En 1968, tras la filmación de «With Six You Get Eggroll» (Was macht der Mann in Mammis Bett), enfrentó la muerte de su tercer esposo, Martin Melcher, y la gestión de su legado financiero.
Buscando nuevos horizontes, Doris Day encontró éxito en la televisión con su propio «The Doris Day Show», que se emitió de 1968 a 1973. Aunque se retiró después de algunos años de éxito, los rumores de su regreso a la televisión persistieron. En 1989, fue honrada con el «Cecil B. DeMille Award» por su contribución a la industria del entretenimiento. Aunque brevemente regresó al cine en 1993 con «Corazones y Almas», Doris Day optó por una vida retirada en Carmel, California.
En sus últimos años, Doris Day se dedicó fervientemente al bienestar animal, una pasión que le valió la Medalla Presidencial de la Libertad en 2004. Su legado no solo reside en su impresionante carrera en el entretenimiento, sino también en su incansable defensa de los animales, demostrando que su talento era tan grande como su corazón.
Filmografía de Doris Day
- 1948 – «Romance en alta mar» (Romance on the High Seas)
- 1949 – «Mi sueño eres tú» (My Dream Is Yours)
- 1949 – «Tú, yo y la luna» (It’s a Great Feeling)
- 1950 – «La novia era él» (The West Point Story)
- 1950 – «Te para dos» (Tea for Two)
- 1951 – «Lujuria de vivir» (Lullaby of Broadway)
- 1951 – «En la costa azul» (On Moonlight Bay)
- 1951 – «I’ll See You in My Dreams»
- 1952 – «El túnel del amor» (The Tunnel of Love)
- 1952 – «La novia de mi hermano» (By the Light of the Silvery Moon)
- 1953 – «Calamity Jane»
- 1953 – «Un amor en cada puerto» (April in Paris)
- 1954 – «No me olvides» (Young at Heart)
- 1955 – «El hombre que sabía demasiado» (The Man Who Knew Too Much)
- 1955 – «Amor en conserva» (Love Me or Leave Me)
- 1956 – «El pajaro espino» (Julie)
- 1957 – «El túnel de los huesos» (The Pajama Game)
- 1958 – «Profesor de amor» (Teacher’s Pet)
- 1958 – «Un cadillac de oro macizo» (The Tunnel of Love)
- 1959 – «Pijama para dos» (Pillow Talk)
- 1960 – «No os comáis las margaritas» (Please Don’t Eat the Daisies)
- 1960 – «Medianoche en el pantano» (Midnight Lace)
- 1961 – «Amor vuelve a casa» (Lover Come Back)
- 1962 – «Jumbo, la estrella del circo» (Billy Rose’s Jumbo)
- 1963 – «La indómita y el millonario» (The Thrill of It All)
- 1963 – «Lío en los grandes almacenes» (Move Over, Darling)
- 1964 – «Enviado especial» (Send Me No Flowers)
- 1965 – «No me mandes flores» (Do Not Disturb)
- 1966 – «El Rolls-Royce amarillo» (The Glass Bottom Boat)
- 1967 – «Capricho» (Caprice)
- 1967 – «La ballena del Augusto» (The Ballad of Josie)
- 1968 – «Con seis te quedas» (With Six You Get Eggroll)
Y así, Doris Day, la chica que comenzó como Doris Mary Ann Kappelhoff, nos dejó un legado de sonrisas y canciones que perduran más allá de las épocas doradas de Hollywood. Pero, ¿sabían que su icónica canción «Que Sera, Sera» fue casi un añadido de último minuto al thriller de Hitchcock «El hombre que sabía demasiado»? Hitchcock, conocido por su meticulosa atención al detalle, no estaba convencido de incluir una canción en su película. Sin embargo, Day, con su encanto irresistible, logró que la canción no solo se incluyera, sino que se convirtiera en un emblema de su carrera y de la cultura popular.
Pero aquí va la anécdota que quizás no conocías: durante el rodaje de «Pijama para dos», Rock Hudson y ella no podían dejar de reír en una escena que requería que estuvieran serios. La solución de Hudson fue bastante peculiar: se puso unos anteojos de sol. ¿Por qué? Porque afirmaba que si Doris no podía ver sus ojos, no se reiría. ¡Y funcionó! La escena se completó con éxito, aunque detrás de esos lentes oscuros, Hudson no podía dejar de sonreír.
Doris Day no solo nos dejó un repertorio de películas que son verdaderos tesoros cinematográficos, sino también historias que nos recuerdan que detrás de cada estrella hay momentos de pura humanidad y alegría. Su vida fue una melodía compuesta de notas altas y bajas, pero siempre fiel al «Que Sera, Sera» que ella tan dulcemente nos enseñó a entonar. Y así, como si fuera un guiño de su propio tema, Doris Day vivió una vida donde el futuro no era nuestro para ver, pero sin duda, ella hizo que el presente valiera la pena.