Si alguna vez te has preguntado cómo sería si Salvador Dalí hubiera decidido hacer cine en Baviera, o si Franz Kafka hubiera tenido un canal de YouTube, probablemente terminarías con algo similar a las obras de Herbert Achternbusch. Un director, escritor, pintor y cineasta que nunca tuvo miedo de romper los moldes (¡o de hacerlos estallar completamente!), Achternbusch nos regaló algunas de las películas más extravagantes, controvertidas y absolutamente inolvidables del cine alemán. ¿Listo para sumergirte en un mundo donde la realidad y la fantasía colisionan en una danza cinematográfica? ¡Sigue leyendo y descubre el fascinante universo de Achternbusch! 🍿🎬
Nacido en el seno de una familia donde el deporte surcaba las venas -siendo su padre un notable nadador-, Herbert Achternbusch desarrolló desde temprana edad un aprecio por el mundo artístico. Sumergiéndose en los profundos mares del arte, estudió en las renombradas ciudades de Núremberg y Múnich, dos epicentros de la cultura alemana.
Antes de adentrarse en el mágico mundo del cine, Achternbusch ya había dejado su huella como escritor y pintor, demostrando una versatilidad artística y una pasión inigualable por la creación. Sin embargo, fue en la década de los setenta cuando este visionario bávaro fundó un género cinematográfico completamente único y cargado de idiosincrasia. Su enfoque no convencional y su valentía para abordar y desmantelar tabúes lo catapultaron al estrellato dentro del cine de vanguardia alemán, convirtiéndolo en una auténtica figura de culto.
Las películas de Achternbusch no son meras producciones cinematográficas; son manifestaciones artísticas cargadas de una profundidad y complejidad que reflejan su singular perspectiva del mundo. Cada obra, imbuida de un alto calibre artístico, invita al espectador a un viaje introspectivo y desafiante, redefiniendo los límites de lo que el cine puede lograr.
Resumen de contenido
Datos de Herbert Achternbusch
Nombre: Herbert Achternbusch
Alias: : Herbert
Nacido el 23.11.1938
Signo zodiacal: Sagitario 23.11 – 21.12
Lugar de nacimiento: Munich (D)
Biografía de Herbert Achternbusch
Herbert Achternbusch, cuyo nombre original era Herbert Schild, vio la luz del día por primera vez el 23 de noviembre de 1938 en la vibrante ciudad de Munich. Su infancia estuvo enmarcada por los paisajes pintorescos del Bosque Bávaro, donde creció bajo el cuidado amoroso de su abuela. En 1960, al culminar su educación secundaria en Cham, fue oficialmente adoptado por su padre biológico. Aunque su madre, una talentosa nadadora, nunca contrajo matrimonio con su padre, desde ese momento Herbert adoptó el apellido Achternbusch.
Después de cursar estudios breves en la Pädagogische Hochschule München-Pasing, el arte lo llamó, guiándolo hacia la Kunstakademie Nürnberg en 1961 y, posteriormente, a la Kunstakademie München. En 1962, la vida de Herbert dio un giro romántico al casarse con una profesora de arte. Durante los años que siguieron, combinó diversos trabajos esporádicos con su pasión por la pintura. La pareja estableció sus raíces en varias localidades, comenzando en Munich y pasando por Starnberg y Gauting, antes de asentarse en Buchendorf en 1975.
A mediados de la década de 1960, Achternbusch exploró el mundo literario, presentando sus primeras obras: una combinación de poesía y grabados. Su debut en el mundo de la literatura llegó en 1969 con la publicación de su libro «Hülle».
A medida que avanzaban los años setenta, la fascinación de Achternbusch por el cine comenzó a germinar. No solo actuó en la película «Übernachtung in Tirol» de Volker Schlöndorff en 1973/74, sino que en 1974 presentó su primer largometraje, «Das Andechser Gefühl», asumiendo roles multifacéticos como guionista, director, protagonista y productor.
Las películas de Achternbusch son reconocidas por su carácter idiosincrásico y su inmenso valor artístico. Estas obras, basadas en sus singulares textos en prosa, son interpretadas de manera humorística por actores aficionados y reflejan su compleja relación de amor y aversión hacia Baviera, su tierra natal, donde lo autobiográfico también se entrelaza profundamente.
Achternbusch no fue ajeno a la controversia. En 1977, sorprendió al rechazar el prestigioso Premio Petrarca. Su audaz enfoque cinematográfico a menudo chocaba con los estándares convencionales, llevando a medidas de censura en sus transmisiones televisivas y a escándalos en la escena cinematográfica alemana, como el generado por las acusaciones de blasfemia hacia «Das Gespenst» en 1982.
Además de su legado cinematográfico, Achternbusch también dejó huella en el teatro, produciendo obras que él mismo dirigía, demostrando una vez más su versatilidad y pasión artística.
Sin dejarse intimidar por las críticas o las controversias, Achternbusch continuó su travesía artística con una tenacidad indomable. Su teatro, al igual que sus películas, a menudo desafiaba las nociones preconcebidas, llevando a los espectadores a cuestionar las normas socioculturales y a reflexionar sobre los temas más profundos de la existencia humana.
A medida que los años 80 avanzaban, el talento de Achternbusch no se limitaba solo al cine y al teatro. Expresó su versatilidad a través de novelas y ensayos que exploraban desde su relación con Baviera hasta comentarios mordaces sobre la política alemana y la condición humana. Estas obras escritas, al igual que sus películas, estaban impregnadas de un humor negro característico, una aguda percepción social y, a menudo, una crítica punzante.
A pesar de las polémicas y desafíos, la influencia de Achternbusch en el mundo artístico alemán no puede ser subestimada. Fue mentor y guía para muchos jóvenes artistas, inspirándolos a romper moldes y a seguir su propia voz, sin importar los obstáculos.
En sus últimos años, Achternbusch se retiró parcialmente de la escena pública, pero su legado perduró. Sus películas, obras de teatro y escritos se convirtieron en material de estudio en universidades de todo el mundo. Aunque a menudo se le veía como un provocador, para muchos, Achternbusch fue, y sigue siendo, un faro de autenticidad y audacia en un mundo a menudo reacio al cambio.
Hoy, su vida y obra son celebradas en festivales, retrospecciones y seminarios, asegurando que las futuras generaciones conozcan y aprecien el genio y la valentía de este icono bávaro. A través de su arte, Herbert Achternbusch dejó un mensaje duradero sobre la importancia de la autenticidad, el cuestionamiento constante y la valentía de vivir la vida en tus propios términos.
Filmografía de Herbert Achternbusch
- 1974 – El sentimiento de Andechs («Das Andechser Gefühl»)
- 1976 – La madre («Die Mutter»)
- 1978 – Sirviente y dueño («Knecht und Meister»)
- 1979 – Hoy o nunca: Hitler («Heute oder morgen: Hitler»)
- 1980 – La hermana («Die Schwester»)
- 1981 – El bebé («Das Kind»)
- 1982 – El fantasma («Das Gespenst»)
- 1983 – El último hoyo («Das letzte Loch»)
- 1984 – ¡Rita, Rita! («Rita, Rita!»)
- 1985 – La cerveza («Bierkampf»)
- 1986 – Los ojos de la guerra («Die Atlantikschwimmer»)
- 1987 – Blusa rota («Zärtliche Cousinen»)
- 1988 – El desierto («Die Wüste»)
- 1990 – El abrigo del hijo («Der junge Mönch»)
- 1991 – A través de la selva («Durch die Wälder»)
- 1992 – Picazón («Das Jucken»)
- 1993 – El amigo americano («Der amerikanische Freund»)
- 1994 – El villano («Der Bösewicht»)
- 1995 – El viaje a la felicidad de mamá Kusters («Mama Kusters Fahrt zum Himmel»)
- 1996 – Una mujer y un artista («Eine Frau und eine halbe»)
Un día, durante una de sus proyecciones en un pequeño cine de Berlín, se dice que Achternbusch entró de incógnito entre el público. Al final de la película, un espectador se volteó hacia su amigo y exclamó: «¡Qué mente tan loca y brillante debe tener el director!» Sin perder el ritmo, Achternbusch, sentado detrás de él, se inclinó y susurró: «Lo agradezco, pero solo he venido a ver si la sala tenía buena calefacción». La sala entera rompió a reír. ¡Así era Herbert, siempre sorprendiendo, incluso fuera de la pantalla!